El dolor de espalda es un problema común que puede afectar a cualquier edad. Casi todos lo padecen en algún momento de su vida. Puede variar desde una leve molestia hasta un dolor intenso que interrumpe la vida y las actividades. Puede comenzar gradualmente o de repente.
Si el dolor no desaparece o está empeorando, es importante buscar asesoramiento médico.
¿Qué causa el dolor de espalda?
El dolor de espalda puede ocurrir por muchas razones, entre ellas:
- Distensiones musculares y de ligamentos: levantar objetos pesados, moverse repentinamente o tener una mala postura pueden tensar los músculos y ligamentos de la espalda y causar rigidez y dolor.
- Disco roto o herniado: Si un disco intervertebral se abulta o se rompe, puede presionar una raíz nerviosa y causar dolor nervioso. Este tipo de dolor de espalda puede irradiarse a la pierna.
- Accidentes automovilísticos: El impacto de un choque puede provocar fracturas de columna o dañar la médula espinal, lo que genera dolor o malestar a largo plazo.
- Actividades cotidianas: Los movimientos repetitivos pueden tensar la espalda, especialmente si no toma descansos.
- Estar sentado o de pie durante mucho tiempo: pasar largos períodos de tiempo en la misma posición sin moverse mucho puede provocar que su espalda se sienta rígida o incómoda.
- Exagerar: hacer algo a lo que tu cuerpo no está acostumbrado, como practicar un deporte nuevo o pasar mucho tiempo haciendo tareas de jardinería, puede provocar que tu espalda se ponga rígida o duela.
- Envejecimiento: Con el tiempo, la columna vertebral cambia. Los discos se desgastan y los músculos se debilitan. Se pueden desarrollar afecciones como:
- Espondilolistesis degenerativa : las vértebras se deslizan hacia adelante
- Estenosis espinal : la presión se acumula en la médula espinal o los nervios.
- Sobrepeso: Cargar con kilos de más puede sobrecargar la columna vertebral y aumentar el riesgo de dolor. Bajar de peso puede ayudar a reducir esta presión.
Cuándo consultar a un proveedor de atención médica por dolor de espalda
El dolor de espalda puede sentirse como un dolor sordo o calambres, o puede ser agudo o punzante, según la causa. Suele empeorar al agacharse, sentarse, estar de pie o caminar, y se siente mejor al acostarse. Puede aparecer y desaparecer, empeorar a ciertas horas del día y mejorar en otras.
El dolor de espalda leve podría mejorar en unas semanas con descanso y cuidados personales. Sin embargo, algunos síntomas requieren atención médica.
Consulte a un proveedor de atención médica si:
- El dolor de espalda es tan fuerte que puede dificultarle realizar actividades cotidianas.
- El dolor dura más de unas pocas semanas.
- Tiene entumecimiento, hormigueo o debilidad en las piernas. Esto podría indicar que un nervio pinzado contribuye a su dolor de espalda.
Recibir ayuda a tiempo puede evitar que el dolor empeore y ayudarle a recuperarse más rápidamente.
Obtenga atención médica de inmediato si tiene:
- Dificultad para estar de pie o caminar
- Pérdida del control de la vejiga o los intestinos, lo que podría ser un signo de un problema grave en la médula espinal.
- Dolor que comenzó después de un accidente, una caída o una lesión.
- Fiebre o escalofríos
- Perder peso sin intentar perder peso
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¿Cómo se diagnostica el dolor de espalda?
Cuando consulte a su médico por dolor de espalda, le preguntará sobre sus síntomas y cuándo comenzaron. Podría presionarle la espalda y pedirle que la mueva en diferentes direcciones para determinar la causa del dolor. También podría pedirle que mueva los brazos o las piernas para evaluar los nervios espinales.
Su médico podrá recomendarle un tratamiento tras revisar su historial médico y realizarle un examen físico. Si es necesario, podría solicitarle pruebas de diagnóstico por imagen, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas.
Si su dolor de espalda podría deberse a osteoporosis, su médico podría solicitar una densitometría ósea o derivarlo a un especialista. La osteoporosis es una afección en la que los huesos pierden densidad, lo que aumenta el riesgo de fracturas.
Opciones de tratamiento para el dolor de espalda
El tratamiento adecuado para el dolor de espalda depende de su causa y de la gravedad de los síntomas.
Tratamientos no quirúrgicos
Hay algunas opciones que pueden ayudar a aliviar el dolor de espalda:
- Fisioterapia : Un especialista puede usar masajes, calor, hielo, punción seca, ultrasonido o estimulación eléctrica para tratar el dolor de espalda. También puede guiarle con ejercicios que pueden ayudarle a fortalecer los músculos de la espalda, mejorar su flexibilidad y reducir el dolor.
- Analgésicos: Los medicamentos de venta libre (OTC), como el ibuprofeno (Advil, Motrin) o el acetaminofén (Tylenol), pueden aliviar las molestias. Su médico podría recetarle medicamentos más fuertes, como esteroides o relajantes musculares, según sus síntomas.
- Ortesis: Las ortesis que se ajustan al abdomen y la espalda pueden brindar soporte y aliviar el dolor de espalda. Sin embargo, pueden causar debilidad muscular y pérdida de masa muscular.
- Atención quiropráctica: algunas personas encuentran que la manipulación espinal ayuda con el dolor de espalda.
- Cambios en el estilo de vida: mantenga un peso saludable para reducir la tensión en la espalda y practique una buena postura cuando esté sentado, de pie o levantando objetos pesados.
Opciones de tratamiento avanzadas
Si el dolor continúa, su proveedor puede recomendar:
- Inyecciones de corticosteroides : para reducir la inflamación y el dolor nervioso.
- Cirugía : generalmente se considera solo si los síntomas duran entre 6 y 12 meses y otros tratamientos no han funcionado.
Tratamientos quirúrgicos para el dolor de espalda
La cirugía puede ser adecuada para usted si tiene:
- Dolor nervioso importante que no mejora con otros tratamientos.
- Problemas estructurales (como escoliosis), inestabilidad espinal o compresión de la médula espinal.
- Una hernia de disco que causa dolor y debilidad constantes.
Las opciones quirúrgicas incluyen:
- Fusión espinal: las vértebras de la columna se fusionan para proporcionar estabilidad a la columna o corregir una deformidad espinal.
- Discectomía: se extrae la parte herniada de un disco para aliviar la tensión en la raíz nerviosa.
- Laminectomía: se eliminan los ligamentos y los espolones óseos para quitar presión de los nervios espinales.
- Cifoplastia/vertebroplastia: Se inyecta cemento en la vértebra fracturada para aliviar el dolor. Este tratamiento se utiliza para fracturas por osteoporosis.
- Estimulador de la médula espinal: Un dispositivo implantado que envía impulsos eléctricos a la médula espinal que pueden ayudar a aliviar el dolor de espalda.
- Reemplazo de disco: En algunos casos, se puede extraer un disco doloroso y reemplazarlo con un disco artificial. Con este procedimiento, se obtiene mayor movilidad en la espalda en comparación con la fusión espinal.
Sin embargo, no todos los tipos de dolor de espalda se pueden tratar con cirugía. Consulte con su cirujano de columna sobre todas sus opciones de tratamiento.
Cómo prevenir el dolor de espalda
No siempre se puede prevenir el dolor de espalda , pero puede ayudar:
- Haga ejercicio regularmente: incluya ejercicios cardiovasculares que aumenten su frecuencia cardíaca y ejercicios de fortalecimiento del centro del cuerpo y la espalda.
- Levante objetos correctamente: mantenga la espalda recta y flexione las rodillas. No se incline hacia adelante.
- Mantenga un peso saludable: el exceso de peso supone una mayor tensión sobre la espalda.
- No fume: el humo y la nicotina pueden empeorar el dolor de espalda .
- Use una postura adecuada: si necesita orientación, consulte a un proveedor de atención médica.
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