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Rosácea

La rosácea es una afección inflamatoria de la piel. Afecta principalmente el rostro, aunque también puede afectar el cuello, el pecho y el cuero cabelludo. Si tiene rosácea, puede notar lo siguiente:

  • Tu cara está roja si tienes un tono de piel más claro, o tiene una coloración marrón si tienes un tono de piel más oscuro.
  • Te sonrojas o te ruborizas fácilmente
  • Sientes la cara caliente o ardiendo.
  • Puedes ver tus vasos sangre (llamado telangiectasia)
  • Una erupción o protuberancias llenas de pus que parecen acné (llamadas pápulas o pústulas)
  • Tu piel facial se siente seca o áspera
  • Hinchazón facial

Muchas veces, las personas pasan por alto la rosácea porque creen que desaparecerá. Pero los síntomas suelen empeorar si no se tratan.

Los signos y síntomas de la rosácea varían según la persona. Suelen ser más comunes en mujeres y personas de piel clara, pero más graves en hombres. Es más probable que tenga rosácea si algún familiar la padece.

¿Qué causa la rosácea?

Los expertos desconocen la causa exacta de la rosácea. No es contagiosa, por lo que no se puede contagiar. Es posible que la rosácea se deba a una combinación de factores genéticos, problemas sangre , bacterias y problemas del sistema inmunitario.

Los síntomas pueden aparecer y desaparecer. Los desencadenantes pueden provocar que los síntomas de la rosácea se agraven o empeoren. Algunos desencadenantes comunes son:

  • Luz del sol
  • Alimentos y bebidas picantes o calientes
  • Alcohol
  • Productos lácteos
  • Temperaturas extremadamente calientes o frías
  • Viento fuerte
  • Estrés o emociones fuertes
  • Algunos productos para el cuidado de la piel y el cabello.
  • Algunos medicamentos
  • Ejercicio extenuante
  • De fumar

La rosácea es una afección crónica (a largo plazo). Puede ser incómoda, pero no pone en peligro la vida. También puede afectar emocionalmente, causando vergüenza y baja autoestima, lo que puede dificultar la interacción con los demás. Sin embargo, la buena noticia es que existen maneras de controlar la rosácea.

¿Cuáles son los tipos de rosácea?

Existen cuatro tipos principales de rosácea con síntomas ligeramente diferentes. Es posible que tengas más de un tipo.

Rosácea eritematotelangiectásica

Es posible que tenga la cara enrojecida la mayor parte del tiempo (eritema). También podría observar vasos sangre (telangiectasias) en las mejillas, la nariz, el mentón o la frente. Puede ruborizarse con frecuencia y tener la piel sensible que le pica o arde con facilidad. También puede sentir la cara seca, tirante o caliente.

La luz solar, los cambios de temperatura y ciertos productos para el cuidado de la piel pueden desencadenar este tipo de rosácea.

Rosácea papulopustulosa

Podrías tener bultos que parecen acné y tener la cara roja e inflamada con frecuencia. Notarás los síntomas principalmente en la zona media del rostro, la nariz, las mejillas y la frente.

El calor, las comidas picantes, el alcohol o el estrés pueden desencadenar los síntomas o empeorarlos.

Rosácea fimatosa

Puede tener la piel gruesa, con bultos, hinchada o irregular, generalmente afectando la nariz (rinofima). La nariz puede agrandarse, lo que puede afectar el flujo de aire. Este tipo de rosácea también puede agrandar las glándulas sebáceas, lo que causa una textura áspera o de "piel de naranja".

Este tipo es más común en hombres y puede empeorar lentamente con el tiempo. A veces se presenta junto con otros tipos de rosácea.

Rosácea ocular

La rosácea ocular afecta principalmente a los ojos. Puede presentarse junto con otros tipos de rosácea. Puede causar sequedad, ardor, escozor, sensación de arenilla, enrojecimiento, lagrimeo, sensibilidad a la luz (fotofobia) o visión borrosa.

Con este tipo de rosácea, es importante consultar a un profesional del cuidado ocular para prevenir daños oculares y problemas de visión.

¿Cómo se diagnostica la rosácea?

No existe una prueba para la rosácea. Sin embargo, un dermatólogo ( doctor en piel) o un profesional de la salud con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la rosácea puede evaluar sus síntomas y elaborar un plan de tratamiento personalizado.

Su médico generalmente puede diagnosticar la rosácea basándose en su historial médico, síntomas y el aspecto de la piel del rostro. Sin embargo, existen otras afecciones cutáneas similares a la rosácea, por lo que su dermatólogo podría solicitar pruebas adicionales para descartarlas.

Varias afecciones que presentan síntomas parecidos a la rosácea incluyen:

  • Acné: Tanto el acné como la rosácea papulopustulosa causan protuberancias y enrojecimiento facial. El acné suele presentar puntos negros y blancos. La rosácea, no. El acné suele afectar la frente, la nariz y el mentón, mientras que la rosácea suele afectar las mejillas y la nariz.
  • Dermatitis seborreica: Al igual que la rosácea, esta afección cutánea común puede causar enrojecimiento y descamación. Sin embargo, la dermatitis seborreica suele afectar el cuero cabelludo, las cejas y otras zonas grasas del rostro. La rosácea afecta principalmente el centro del rostro.
  • Lupus: Algunos tipos de lupus causan enrojecimiento facial, erupciones cutáneas y problemas cutáneos similares a la rosácea. Sin embargo, el lupus suele presentar otros síntomas, como dolor articular, fatiga y sensibilidad a la luz solar.
  • Dermatitis perioral: La dermatitis perioral causa pequeñas protuberancias rojas alrededor de la boca y la nariz. Es similar a la rosácea papulopustulosa, pero no suele afectar la zona alrededor de los ojos como esta última. La dermatitis perioral está relacionada con el uso de esteroides, cosméticos y ciertos tipos de pasta dental.
  • Dermatitis de contacto: Podrías tener dermatitis de contacto si tu piel entra en contacto con un irritante o alérgeno. Esto podría causar enrojecimiento, hinchazón y picazón facial, similar a la rosácea.

¿Cómo se trata la rosácea?

Su dermatólogo puede recomendarle tratamientos según sus síntomas y el tipo de rosácea que tenga. Las opciones incluyen:

  • Cuidado de la piel: Tratar la piel con delicadeza usando limpiadores suaves y evitando productos agresivos como los astringentes puede ayudar a reducir los síntomas. Elige productos para el cuidado de la piel y maquillaje sin aceite ni fragancia. Protege tu piel de la exposición y el daño solar.
  • Medicamentos que se aplican en la piel: Las cremas o geles medicamento recetado pueden ser útiles. Su médico podría recomendarle oximetazolina (Rhofade), metronidazol (Metrogel, Noritate), ácido azelaico (Azelex, Finacea), brimonidina (Mirvaso) o ivermectina (Soolantra).
  • Antibióticos: En ocasiones, el doctor puede recetar antibióticos como tetraciclina o doxiciclina (Oracea), que se toman en pastillas. Estos pueden ayudar a controlar la inflamación.
  • Terapias con láser o luz: Los tratamientos con láser o luz pueden reducir los vasos sangre visibles, el enrojecimiento y el engrosamiento de la piel, además de ayudar a mejorar el aspecto de la piel . Generalmente se consideran procedimientos cosméticos, por lo que es posible que su seguro médico no los cubra.
  • Modificaciones en el estilo de vida: Proteger la piel del sol, controlar el estrés y evitar los desencadenantes puede ayudar a minimizar los brotes. Si no está seguro de qué desencadena su rosácea, registre sus síntomas, así como lo que come y bebe, sus productos para el cuidado de la piel y sus actividades durante algunas semanas. Puede buscar vínculos entre sus síntomas y posibles desencadenantes.
  • Cirugía: Aunque es poco común, en la rosácea fimatosa la reducción quirúrgica puede desempeñar un papel en la remodelación de la nariz.

Durante los brotes de rosácea, puedes enmascarar el enrojecimiento y los síntomas con:

  • Base de maquillaje un tono más claro que la que usas habitualmente
  • Polvos minerales
  • Cremas humectantes de color verde o correctoras de color para contrarrestar el enrojecimiento.

Dado que la rosácea es una enfermedad crónica, deberá controlarla durante un tiempo prolongado. Su dermatólogo puede ayudarle a encontrar el plan de tratamiento adecuado y los cambios de estilo de vida necesarios para mantener los síntomas bajo control.

¿Cómo se trata la rosácea ocular?

Si tiene rosácea ocular, le conviene consultar con un oftalmólogo. Estos son algunos tratamientos que podrían recomendarle:

  • Buena higiene de los párpados: limpiar suavemente los párpados y las pestañas con un limpiador suave o exfoliantes recetados puede reducir la inflamación y mantener los párpados limpios.
  • Lágrimas artificiales y gotas lubricantes para los ojos: estos productos pueden hidratar los ojos y tratar la irritación.
  • Gotas, geles o ungüentos para los ojos: los corticosteroides o antibióticos que se aplican en los ojos pueden ayudar a reducir la inflamación y controlar los síntomas.
  • Antibióticos: si sus síntomas son graves o persistentes, su proveedor de atención médica puede recetarle antibióticos orales para ayudar a reducir la inflamación.
  • Modificaciones ambientales: Usar gafas de sol o antiparras para proteger los ojos del viento, el polvo y la luz solar intensa puede ser útil. También conviene mantener un nivel de humedad saludable en el aire de la casa y evitar el aire acondicionado o los sistemas de calefacción secos.

Le recomendamos consultar con un oftalmólogo regularmente para controlar la rosácea ocular. Informe a su profesional de la salud visual sobre cualquier inquietud o cambio en sus síntomas.

Conectarse con recursos y apoyo

Lidiar con la rosácea puede ser un desafío. Las personas con rosácea pueden tener baja autoestima y confianza en sí mismas.

Estos recursos pueden ayudarle a obtener más información sobre la afección y conectarse con otras personas que enfrentan desafíos similares: