Una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión de rodilla común entre deportistas y personas activas de todas las edades. Más de 150.000 personas se rompen el LCA cada año. El ligamento cruzado anterior (LCA) es importante para la estabilidad de la rodilla. Una lesión o rotura puede afectar drásticamente la vida diaria.
En Banner Health, nos comprometemos a brindar atención personalizada adaptada a sus necesidades, ayudándole a recuperarse y retomar su estilo de vida activo. Descubra más sobre los desgarros del ligamento cruzado anterior (LCA), sus síntomas, tratamiento y qué puede esperar durante su recuperación.
El ligamento cruzado anterior (LCA) es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla (tejido conectivo fibroso que conecta los huesos entre sí y proporciona soporte y estabilidad a la articulación). El LCA conecta el fémur con la tibia y es el principal ligamento estabilizador de la rodilla.
Una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) puede ser un desgarro o un esguince. Un esguince del LCA se produce cuando el ligamento cruzado anterior (LCA) se estira excesivamente, pero no se desgarra. Un desgarro del LCA se produce cuando el LCA se rompe por completo. Generalmente, una lesión del LCA se califica para indicar a los profesionales de la salud su gravedad:
Las roturas del ligamento cruzado anterior (LCA) suelen ocurrir durante actividades deportivas que implican paradas repentinas, saltos o cambios de dirección. Suelen observarse en deportes como el fútbol, el fútbol americano, el baloncesto, la gimnasia y el lacrosse.
Los atletas adolescentes presentan la mayor tasa de desgarros del ligamento cruzado anterior (LCA). Las mujeres atletas presentan una mayor incidencia de lesiones del LCA que los hombres.
No todos los desgarros del ligamento cruzado anterior (LCA) se asocian con lesiones deportivas. Muchos desgarros ocurren en casa o en el trabajo por caídas y torceduras de rodilla.
Una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) puede ser dolorosa, pero algunas personas solo sienten una leve molestia. Los síntomas más comunes son:
Si cree que se ha lesionado el ligamento cruzado anterior (LCA ), no apoye la pierna lesionada y manténgala elevada. Aplique hielo y tome un analgésico de venta libre, como el ibuprofeno.
Programe una cita con un médico ortopedista o especialista en medicina deportiva . Este profesional suele diagnosticar una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) basándose únicamente en la historia clínica y el examen físico. Si se realiza un examen físico, es posible que le pidan que realice movimientos con la rodilla y la pierna. Una rotura del LCA suele mostrar un mayor movimiento anterior de la tibia de la rodilla en comparación con una rodilla sana.
Su médico también podría solicitar pruebas de diagnóstico por imagen, como radiografías, para descartar una fractura. También podría solicitarse una resonancia magnética para determinar la extensión de la lesión.
El tratamiento inicial para una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) consiste en reposo y hielo para reducir el dolor y la inflamación. En ocasiones, también se puede usar una férula para sujetar la pierna. Se puede sugerir fisioterapia para ayudar a disminuir el dolor y la inflamación, y aumentar la movilidad de la rodilla.
Una vez que los síntomas de la lesión inicial hayan disminuido, podrá hablar sobre el tratamiento adicional con su médico. El tratamiento puede incluir o no cirugía.
Si es menos activo o está dispuesto a evitar pivotar o realizar actividades extenuantes, puede continuar con el tratamiento no quirúrgico. A menudo se recomiendan fisioterapia y ortesis.
Sin embargo, si usted es un atleta o desea volver a practicar deportes o actividad física y la rodilla está inestable, a menudo se necesita una cirugía reconstructiva para reparar el ligamento cruzado anterior (LCA) . El LCA se puede reconstruir con tejido propio (autoinjerto) utilizando una porción del tendón rotuliano o del cuádriceps y una porción de los isquiotibiales. Con menos frecuencia, se puede utilizar tejido de cadáver (aloinjerto), pero es menos eficaz en pacientes con mucha actividad deportiva y menores de 25 años.
Después de la cirugía, generalmente usará una rodillera y muletas durante tres o cuatro semanas. También se iniciará fisioterapia lo antes posible para facilitar la recuperación, reducir la inflamación y recuperar la amplitud de movimiento. Para asegurar una recuperación exitosa , es importante seguir las instrucciones de su cirujano y fisioterapeuta y participar activamente en su rehabilitación.
Durante las siguientes semanas y meses, aumentará gradualmente los ejercicios para mejorar la fuerza y la estabilidad mientras cicatriza el injerto. La recuperación durará un mínimo de seis meses, pero generalmente la mayoría de las personas tardan entre ocho y nueve meses en volver a sus actividades y deportes habituales. Su médico podría recomendarle que siga usando una rodillera durante uno o dos años siempre que practique deporte.
La probabilidad de desgarro del injerto de LCA después de la cirugía es baja (generalmente un 5%). Factores como el nivel de actividad, la edad y el tipo de injerto influyen. Mantener una buena condición física y seguir el programa de ejercicios indicado por su fisioterapeuta es fundamental para limitar el riesgo de desgarro del injerto.
Si bien no siempre es posible prevenir por completo un desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA), hay medidas que puede tomar para reducir el riesgo:
Para obtener consejos personalizados que le ayuden a alcanzar sus objetivos, conozca más sobre el programa ACL Play It Safe de Banner Health. Encontramos la mejor rutina para evitar lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) y así alcanzar sus objetivos deportivos y de acondicionamiento físico.
No permita que una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) le impida disfrutar de la vida. Confíe en Banner Health para recibir la atención experta que necesita para una recuperación completa. Contáctenos hoy mismo para programar una cita con uno de nuestros especialistas en ortopedia y medicina deportiva.