El tendón de Aquiles es el más grande y fuerte del cuerpo. Es una banda gruesa de tejido en la parte inferior de la pierna que conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón; puedes sentirlo ahí, debajo de la piel. Te proporciona la fuerza y la flexibilidad necesarias para impulsarte, lo que te permite caminar, correr, saltar y subir escaleras.
Siempre está en uso y absorbe mucha tensión, por lo que es fácil lesionarlo por uso excesivo o impacto repentino, especialmente si eres activo y atlético.
Esta parte de la pierna no tiene buen flujo sangre , lo que hace que las lesiones del tendón de Aquiles sean comunes. Pueden variar desde una inflamación leve hasta desgarros o roturas completas. Si no se tratan, pueden empeorar y el dolor puede ser tan intenso que dificulte el movimiento.
Si cree que se ha lesionado el tendón de Aquiles, busque atención médica de inmediato para no dañarlo más y poder recuperarse lo más rápido posible.
Causas y factores de riesgo de las lesiones del tendón de Aquiles
Los factores de riesgo que hacen que estas lesiones de tendones sean más probables incluyen:
- Edad: El tendón de Aquiles es más propenso a degenerarse (romperse) con la edad. Se vuelve menos flexible y se lesiona con mayor facilidad.
- Un aumento repentino en la actividad: aumentar rápidamente la intensidad del ejercicio puede sobrecargar el tendón, especialmente si corres o saltas mucho.
- Comenzar un nuevo deporte: una nueva actividad puede estresar el tendón de Aquiles.
- Uso excesivo: el estrés repetido puede dañar el tendón.
- No calentar: cuando no te estiras adecuadamente antes de hacer ejercicio, pones una tensión extra en el tendón.
- Participar en determinados deportes: es más probable que se produzcan lesiones en deportes en los que se acelera, se reduce la velocidad o se cambia de rumbo rápidamente, como la gimnasia, el fútbol, el baloncesto, el voleibol y el tenis.
- Calzado inadecuado: Usar tacones altos o no utilizar el calzado adecuado para hacer ejercicio o practicar deportes puede causar problemas.
- Hacer ejercicio en una superficie irregular: esforzarse más para lograr equilibrio puede tensar el tendón.
- Problemas en pies y tobillos: Problemas estructurales como pies planos o arcos altos pueden aumentar la tensión en los tendones.
- Accidentes: Caerse o pisar un agujero podría provocar lesiones.
- Espolones óseos: estos crecimientos óseos en el talón pueden rozar el tendón de Aquiles.
- Músculos de la pantorrilla tensos: si los músculos de la pantorrilla no son muy flexibles, pueden ejercer presión adicional sobre el tendón de Aquiles.
- Afecciones médicas: la diabetes, la gota, el lupus y la artritis reumatoide pueden debilitar este tendón.
- Ciertos medicamentos: Los antibióticos glucocorticoides y fluoroquinolonas pueden aumentar la probabilidad de que se produzcan estas lesiones.
Tipos de lesiones del tendón de Aquiles
Algunas condiciones comunes incluyen:
tendinitis de Aquiles
Esta inflamación del tendón suele deberse al uso excesivo o al aumento de la actividad física. Es posible que notes dolor, hinchazón y calor a lo largo del tendón, especialmente después de haber estado activo. El tendón podría engrosarse y endurecerse.
Existen dos tipos de tendinitis de Aquiles:
- Tendinitis aquílea no insercional: Las fibras del tendón se desgarran y se rompen. Suele afectar a adultos jóvenes activos.
- Tendinitis aquílea insercional: El tendón se daña en su unión con el hueso, pudiendo formarse espolones óseos. Puede presentarse a cualquier edad y en personas activas o inactivas.
tendinosis de Aquiles
La tendinosis aquílea es una afección crónica (de larga duración) derivada de una tendinitis aquílea prolongada, que provoca la degradación de las células del tendón. Los pequeños desgarros repetidos en el tendón causan rigidez y dolor con el tiempo, especialmente por la mañana al despertar o después de descansar.
rotura del tendón de Aquiles
Se trata de un desgarro total o parcial del tendón, generalmente causado por un movimiento repentino y forzado. Puede sentir un dolor agudo, oír un chasquido, sentir como si le hubieran dado una patada en la parte posterior del talón y tener dificultad para caminar. Necesita atención médica inmediata si tiene una rotura de tendón.
Los síntomas de las lesiones del tendón de Aquiles pueden limitar su capacidad de movimiento, haciendo que sea doloroso o imposible caminar o realizar actividades simples.
Diagnóstico de lesiones del tendón de Aquiles: cuándo buscar ayuda
Si tiene un dolor continuo que no mejora cuando descansa o tiene problemas para caminar, debe consultar a un proveedor de atención médica lo antes posible para ayudar a evitar que la lesión empeore.
Su proveedor diagnosticará una lesión del tendón de Aquiles mediante lo siguiente:
- Le preguntaremos sobre su historial médico y sus síntomas, incluso cuándo comenzaron y qué estaba haciendo, qué tan graves son y cómo están afectando su vida y sus actividades.
- Realizar un examen físico para verificar si hay dolor, espolones óseos, hinchazón y problemas de rango de movimiento.
- Solicitar pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, si es necesario para confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la lesión. Las radiografías pueden mostrar espolones óseos y endurecimiento del tendón. La resonancia magnética muestra el grado de daño del tendón, lo que puede orientar las decisiones de tratamiento.
Opciones de tratamiento para las lesiones del tendón de Aquiles
El tratamiento de una lesión del tendón de Aquiles depende de su gravedad. Para lesiones menos graves, su médico podría recomendar:
- Medicamentos antiinflamatorios (AINE): los analgésicos de venta libre como el ibuprofeno (Advil, Motrin) o el naproxeno (Aleve) pueden ayudar a reducir el dolor y la hinchazón.
- Descanso y hielo: reducir la actividad y aplicar hielo puede ayudar con la hinchazón y el malestar.
- Compresión: Envolver la parte inferior de la pierna y el tobillo puede ayudar con la hinchazón.
- Bota para caminar: una bota puede inmovilizar su pie para que su tendón pueda sanar.
- Fisioterapia : Un fisioterapeuta puede ayudarle a hacer ejercicio de manera que restaure el movimiento, fortalezca los músculos de la pantorrilla y mejore la flexibilidad para que tenga menos probabilidades de volver a lesionarse.
- Ejercicios de fortalecimiento: Ejercicios específicos pueden ayudar a reconstruir gradualmente la fuerza en el tendón y la pantorrilla y hacer que sea menos probable que se produzcan lesiones futuras.
La recuperación podría tardar meses, dependiendo de la gravedad de la lesión. Quizás necesite probar diferentes tipos de ejercicio mientras el tendón sana. No se esfuerce demasiado, ya que podría volver a lesionarse el tendón y convertirse en un problema crónico.
Opciones de tratamiento quirúrgico
En caso de lesiones importantes, como una rotura del tendón de Aquiles, o si no mejora con opciones de tratamiento no quirúrgico, es posible que necesite cirugía para reducir el riesgo de una nueva rotura y recuperar su fuerza de empuje:
- Coser nuevamente los extremos del tendón roto (se puede hacer utilizando técnicas mínimamente invasivas)
- Alarga el músculo de la pantorrilla
- Eliminar espolones óseos y partes dañadas del tendón de Aquiles.
- Fortalezca el área conectando otro tendón al hueso del talón para complementar o reemplazar la función de su tendón de Aquiles si el daño a su tendón es grave.
Después de la cirugía, la rehabilitación y la fisioterapia son importantes para ayudarle a recuperar su fuerza y movilidad.
Prevención de lesiones del tendón de Aquiles
Algunas lesiones ocurren inesperadamente, pero usted puede tomar medidas para reducir el riesgo de sufrir lesiones en el tendón de Aquiles:
- Calentamiento y estiramiento: Siempre estírese antes de la actividad física, especialmente actividades que incluyan correr o saltar.
- Elija actividades de bajo impacto: nadar y andar en bicicleta son más suaves para el tendón de Aquiles.
- Use calzado adecuado: los zapatos con soporte pueden ayudar a reducir la tensión en el tendón de Aquiles.
- Realice ejercicios de fortalecimiento: Los músculos de la pantorrilla fuertes le dan al tendón de Aquiles más estabilidad y apoyo.
- Aumente gradualmente su actividad: evite picos repentinos de actividad intensa, ya que pueden sobrecargar el tendón.
Recibir atención para las lesiones del tendón de Aquiles
La tendinitis, la tendinosis y las roturas de Aquiles pueden limitar sus actividades y dificultar o imposibilitarle caminar. Las opciones de tratamiento, como el reposo, la fisioterapia y la cirugía, pueden ayudarle a recuperarse y recuperar la movilidad.
En Banner Health, nuestro equipo de especialistas en ortopedia puede brindarle un diagnóstico experto y planes de tratamiento personalizados para que pueda volver a sus actividades diarias.