¿Qué es el síndrome del intestino irritable (SII)?
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno que afecta el tracto digestivo, especialmente el intestino grueso. A diferencia de las enfermedades inflamatorias intestinales, el SII no daña el tejido intestinal. En cambio, provoca un funcionamiento anormal de los intestinos, lo que provoca síntomas molestos.
El SII es muy común. De hecho, es el diagnóstico más frecuente que realizan los médicos especialistas en salud digestiva. Aun así, solo aproximadamente la mitad de las personas con SII buscan tratamiento.
El SII es una enfermedad crónica (a largo plazo), lo que significa que requiere un control continuo. Si bien no existen soluciones rápidas, comprender los síntomas y encontrar estrategias a largo plazo puede mejorar su calidad de vida.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII)?
Si tiene SII, es posible que note síntomas comunes que incluyen:
- Cambios en los hábitos intestinales , como diarrea, estreñimiento o ambos. Estos pueden provocar pérdida o aumento de peso involuntario.
- Cambios en el aspecto de las heces
- Dolor, malestar o calambres abdominales antes o durante las deposiciones
- Evacuaciones intestinales más o menos frecuentes de lo habitual
- Hinchazón, gases o flatulencia
- Náuseas
- Moco en las heces
- La necesidad de evacuar urgentemente
- Una sensación de que todavía necesita vaciar los intestinos después de defecar
Los síntomas pueden mejorar después de defecar. Sin embargo, los síntomas del SII varían según la persona.
Es importante comprender cómo el SII puede afectar su vida diaria para que pueda encontrar apoyo y maneras de afrontarlo. Si padece SII, podría enfrentar desafíos como:
- Interrupciones en sus rutinas diarias que afectan su trabajo, actividades sociales y compromisos.
- Estrés, ansiedad y un impacto negativo en tu salud mental.
- Restricciones dietéticas, que pueden influir en sus elecciones alimentarias y sus interacciones sociales.
¿Qué causa el síndrome del intestino irritable (SII)?
No está claro exactamente qué causa el síndrome del intestino irritable, pero uno o más de estos factores podrían influir:
- Genética
- Hábitos de estilo de vida
- Factores ambientales
- La forma en que se contraen los músculos del intestino
- Problemas con los nervios del sistema digestivo.
- Infección
- El estrés en la infancia
- Cambios en el microbioma intestinal
Sea cual sea la causa, algunos desencadenantes pueden empeorar los síntomas del SII . Muchas personas con SII presentan problemas relacionados con:
- Ciertos alimentos: leche y otros productos lácteos, bebidas carbonatadas, trigo, frijoles, frutas cítricas y repollo.
- Estrés: El estrés no causa síntomas, pero puede empeorarlos.
- Ciclos menstruales: Algunas personas notan cambios predecibles en sus síntomas que se alinean con sus períodos.
Algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar SII si:
- Son menores de 50 años
- Son mujeres, especialmente si utilizan terapia con estrógenos.
- Tiene antecedentes familiares de SII
- Vivir con afecciones como trastorno de estrés postraumático, ansiedad o depresión.
- Haber sufrido abusos en el pasado
¿Cómo se diagnostica el síndrome del intestino irritable?
Si presenta síntomas de SII, le conviene consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico. Para diagnosticar el SII, su profesional querrá confirmar que presenta síntomas y descartar otras afecciones digestivas que podrían estar causándolos, especialmente la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
El diagnóstico generalmente implica:
- Una historia clínica detallada, centrándose en cómo se sienten sus síntomas, cuánto tiempo los ha tenido, sus hábitos alimentarios y factores de estilo de vida.
- Un examen físico para comprobar su salud general y buscar signos relacionados con el SII.
- Preguntas sobre cuánto tiempo lleva presentando síntomas de SII. Los profesionales sanitarios suelen utilizar los Criterios de Roma, que incluyen dolor o molestias abdominales al menos un día a la semana durante los últimos tres meses, además de al menos dos de estos síntomas:
- Dolor al defecar
- Un cambio en la frecuencia con la que evacua el intestino
- Un cambio en la consistencia de las heces.
- Análisis de sangre , pruebas de aliento o pruebas de heces para descartar otras afecciones, como intolerancia a la lactosa, sobrecrecimiento bacteriano, enfermedad celíaca o enfermedades inflamatorias del intestino.
- Estudios de imagen como colonoscopia, sigmoidoscopia, endoscopia o imagen abdominal para descartar otros trastornos digestivos.
El síndrome del intestino irritable se clasifica en cuatro tipos:
- SII con estreñimiento (SII-E)
- SII con diarrea (SII-D)
- SII con síntomas mixtos (SII-M)
- SII no clasificado (SII-U)
Cómo controlar el síndrome del intestino irritable con cambios en el estilo de vida
Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar el bienestar general. La respuesta a los cambios en el estilo de vida es diferente para cada persona, así que colabore con su profesional de la salud para adaptarlos a sus necesidades.
El tratamiento puede tardar un tiempo en mostrar resultados. Ser constante con el plan de tratamiento puede aliviar los síntomas con el tiempo. Aquí tienes algunas estrategias que puedes probar:
- Coma comidas pequeñas y regulares y trate de no saltear comidas o comer cerca de la hora de acostarse.
- Aumente gradualmente la fibra en su dieta añadiendo más frutas, verduras y cereales integrales. También puede consultar con su médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de fibra . La fibra puede ayudar a regular las deposiciones.
- Lleva un diario de alimentos para identificar y evitar los alimentos que pueden desencadenar los síntomas del SII. Entre los desencadenantes comunes se incluyen ciertos tipos de lácteos, alimentos que producen gases, chicles, bebidas carbonatadas, gluten, picantes y edulcorantes artificiales.
- Considere una dieta baja en FODMAP , donde obtendrá los nutrientes necesarios de alimentos más fáciles de digerir. Consulte primero con su médico o un dietista, ya que este tipo de dietas no son adecuadas para todos.
- Beba mucho líquido, especialmente agua.
- Reduce tus niveles de estrés con técnicas de atención plena y relajación, como ejercicios de respiración profunda o meditación. Toma descansos regulares para relajarte y desconectar. Equilibrar el trabajo y el descanso es importante para controlar el estrés.
- Haga ejercicio de bajo impacto con regularidad, como caminar, nadar o yoga, para facilitar la evacuación intestinal y reducir el estrés. Una rutina de ejercicio constante puede ayudar a mantener el sistema digestivo en buen estado y mejorar la salud intestinal.
- Duerma lo suficiente y recupere el sueño.
- Considere la terapia para que pueda aprender habilidades de afrontamiento que puedan reducir los síntomas.
¿Qué medicamentos ayudan con el síndrome del intestino irritable?
Su proveedor puede colaborar con usted para desarrollar un plan de tratamiento personalizado basado en sus síntomas y necesidades. Es posible que pueda controlar el SII únicamente con cambios en su estilo de vida. De lo contrario, su plan podría incluir:
- Medicamentos antiespasmódicos, como la hiosciamina y la diciclomina, que ayudan a reducir los espasmos musculares intestinales. Esto puede aliviar el dolor.
- Suplementos de fibra , como psyllium o metilcelulosa, para ayudarle a tener movimientos intestinales regulares si tiene SII-C.
- Laxantes, si la fibra no ayuda lo suficiente.
- Medicamentos antidiarreicos, como la loperamida, si tiene SII-D.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) para ayudar a regular la función intestinal y reducir los síntomas.
- Antidepresivos tricíclicos, que pueden disminuir la actividad de las neuronas en los intestinos para reducir el dolor.
- Probióticos, que contienen bacterias buenas y pueden promover un microbioma intestinal saludable y reducir los síntomas.
- Otros medicamentos que pueden ayudar con el SII, como diciclomina (Bentyl), hiosciamina (Levsin), linaclotida (Linzess), lubiprostona (Amitiza), plecanatida (Trulance) o rifaximina (Xifaxan).
Es importante consultar con un profesional de la salud antes de empezar a tomar cualquier medicamento para tratar los síntomas del SII. Un profesional puede adaptar el tratamiento del SII a sus necesidades, recomendar una combinación de medicamentos y cambios en el estilo de vida, supervisar los efectos secundarios y asegurarse de que los medicamentos que toma sean seguros si padece otras afecciones médicas.
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