Mantenerse activo es una de las mejores maneras de cuidar la salud y la independencia a medida que envejece. No necesita entrenar para una maratón ni pasar horas en el gimnasio para sentir los beneficios; la clave está en encontrar un movimiento que disfrute y que pueda mantener.
Ya sea que le guste caminar, nadar, hacer jardinería o bailar, la actividad física regular puede ayudarle a moverse con más facilidad, sentirse más fuerte y vivir una vida más plena.
El ejercicio es más que solo actividad física: beneficia la mente, el estado de ánimo y el bienestar general. El movimiento regular puede ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como:
También puede ayudarte a:
Una rutina de ejercicios equilibrada debe incluir resistencia, fuerza, flexibilidad y equilibrio. Cada uno de ellos desempeña un papel importante para mantenerte sano y activo.
Siempre consulte con su doctor antes de comenzar un nuevo plan de ejercicios.
Las actividades de resistencia fortalecen el corazón, los pulmones y la circulación. Te ayudan a mantenerte activo por más tiempo, ya sea jugando con tus nietos o haciendo recados.
Pruebe actividades como:
La masa muscular disminuye naturalmente con la edad, pero el entrenamiento de fuerza te ayuda a mantenerte fuerte e independiente. Unos músculos fuertes sostienen tus huesos y protegen tus articulaciones.
Puedes desarrollar fuerza con:
Una buena flexibilidad facilita y alivia el dolor al realizar movimientos cotidianos, como estirarse, agacharse o atarse los zapatos. Estirar después de calentar ayuda a mantener la movilidad y a prevenir lesiones.
Las actividades que mejoran la flexibilidad incluyen:
El equilibrio cobra especial importancia a medida que envejecemos, ya que ayuda a prevenir caídas y lesiones. Depende de unos músculos fuertes y de la conciencia corporal.
Puedes mejorar el equilibrio mediante:
Empezar puede ser la parte más difícil. La clave está en hacer que la actividad sea agradable y forme parte de tu rutina diaria.
Varía. Hacer el mismo ejercicio todos los días puede resultar aburrido. Prueba diversas actividades que trabajen diferentes partes del cuerpo.
Sé sociable. Únete a un grupo de caminatas, toma una clase o haz ejercicio con un amigo. Te divertirás y te sentirás más motivado para seguir.
Prográmalo. Anota tus entrenamientos en tu calendario como si fueran citas. Reservar ese tiempo te ayudará a convertir el ejercicio en un hábito.
Añade actividad a tu día. Sube las escaleras, aparca más lejos o camina mientras hablas por teléfono. Las pequeñas decisiones suman.
Monitorea tu progreso. Ya sea que uses un reloj inteligente o anotes en un diario, registrar tus mejoras te ayuda a mantenerte inspirado. Celebra logros como caminar más lejos o levantar un poco más de peso.
La actividad física beneficia no solo al cuerpo, sino también al cerebro. Mantenerse activo ayuda a agudizar la memoria, mejorar la concentración y favorecer el bienestar emocional.
Obtenga más información sobre las formas de fortalecer su salud mental y apoyar la memoria y el buen estado físico del cerebro como parte de su plan general de bienestar .