¿Qué causa la EM?
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad compleja que afecta el sistema nervioso central. Se desconoce su causa exacta, pero se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error la vaina de mielina del sistema nervioso central.
La mielina es una sustancia compuesta de grasa y proteína que recubre y protege las fibras nerviosas. Cuando el sistema inmunitario la ataca, provoca inflamación y, posteriormente, la formación de tejido cicatricial. Este tejido cicatricial se denomina esclerosis y las zonas con tejido cicatricial se denominan lesiones o placas.
Este daño significa que los nervios no pueden transmitir señales eléctricas hacia y desde el cerebro como deberían. Con el tiempo, las fibras nerviosas pueden sufrir daño permanente.
Las células T y B de su sistema inmunológico desempeñan un papel en la EM.
- Linfocitos T: Estas células se activan en una parte del sistema inmunitario llamada sistema linfático. Entran al sistema nervioso central a través de los vasos sangre y desencadenan una inflamación que daña las fibras nerviosas y la mielina. Se supone que algunos linfocitos T detienen la inflamación, pero en la EM no funcionan correctamente. Otros tipos de linfocitos T pueden destruir células directamente.
- Linfocitos B: Los linfocitos T activan los linfocitos B, que trabajan con ellos para producir anticuerpos. Los anticuerpos normalmente combaten las infecciones, pero en la EM dañan el sistema nervioso central.
Los investigadores creen que la EM se debe a una combinación de disfunción del sistema inmunitario, problemas genéticos y exposición ambiental. Están estudiando estos factores para intentar determinar con exactitud la causa de la EM. Conocer la causa puede permitir descubrir mejores tratamientos y, con el tiempo, encontrar una cura y formas de prevenirla.
¿La EM es genética?
La EM no se hereda directamente, pero la genética puede influir. El riesgo es ligeramente mayor que el promedio si un familiar cercano, como un padre o un hermano, padece la enfermedad. Sin embargo, la EM no se transmite de forma predecible como otras enfermedades genéticas.
En cambio, tener ciertos genes puede aumentar la probabilidad de desarrollar EM, especialmente si presenta otros factores de riesgo. Tener antecedentes familiares no garantiza que desarrollará la enfermedad.
Factores de riesgo de la EM
Los científicos han identificado varios factores ambientales y de estilo de vida que pueden afectar el riesgo de padecer EM:
- Vitamina D: Los niveles bajos de esta vitamina aumentan el riesgo de padecer EM. Esto podría deberse a que la vitamina D influye en el funcionamiento del sistema inmunitario.
- Ubicación: Las personas que viven en climas más alejados del ecuador, como el norte de EE. UU., Canadá, Europa, Nueva Zelanda y el sureste de Australia, tienen mayor probabilidad de ser diagnosticadas. La exposición a la luz solar ayuda al cuerpo a producir vitamina D, por lo que es posible que vivir en zonas con menos luz solar provoque niveles más bajos de vitamina D, lo cual podría estar relacionado con la EM.
- Infecciones: Algunos virus, como el virus de Epstein-Barr (VEB), causante de la mononucleosis, pueden estar relacionados con la esclerosis múltiple. Otros virus que pueden aumentar el riesgo de EM son el virus del herpes humano tipo 6 (VHH-6), el moquillo canino, la neumonía clamidia y el sarampión. Aunque estos virus pueden ser contagiosos, la EM en sí no lo es.
- Enfermedades autoinmunes: su riesgo es ligeramente mayor si tiene otra enfermedad autoinmune como enfermedad inflamatoria intestinal, anemia perniciosa, psoriasis, enfermedad de la tiroides o diabetes tipo 1.
- Fumar: fumar puede aumentar el riesgo y el consumo de tabaco también puede hacer que la EM empeore más rápidamente.
- Edad: La EM es más común en personas de entre 20 y 50 años.
- Género: La EM es entre dos y tres veces más común en mujeres que en hombres. Esta diferencia sugiere que las hormonas y las diferencias en el sistema inmunitario podrían influir.
- Raza: el riesgo es mayor en personas de piel clara y menor en personas de origen africano, asiático o nativo americano.
- Obesidad: Ser obeso en la infancia, la adolescencia o la adultez temprana puede aumentar el riesgo, especialmente en las niñas. La obesidad también puede causar inflamación que, si se diagnostica, puede empeorar la EM.
Los investigadores han estudiado otros factores que no muestran evidencia de una relación con la EM. Las alergias, las mascotas, los metales pesados y los disolventes químicos no parecen estar relacionados con la EM.
Si bien no hay forma de predecir si desarrollará EM, comprender estos factores de riesgo puede ayudarlo a tomar decisiones sobre su salud.
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¿Te preguntas cómo se manifiesta la EM en el cuerpo o cómo se diagnostica? Infórmate sobre los primeros síntomas, los tipos de EM y qué esperar durante las pruebas, exploraciones y exámenes .